
Disfrutar de un día soleado practicando tu afición favorita en el campo o en la montaña es una experiencia muy gratificante. Sin embargo no debes olvidar que siempre que te expongas a los rayos solares, especialmente en verano, debes tomar algunas precauciones para proteger tu piel.
Y es que, aunque el Sol aporta muchos beneficios a nuestro bienestar (por ejemplo: contribuir a que nuestro cuerpo produzca vitamina D y hormonas como la serotonina que mejora nuestro estado de ánimo), también puede resultar perjudicial si se toma en exceso y sin protección. Las radiaciones solares pueden influir en la aparición de melanomas y otras alteraciones de la piel.
Vamos a ver, por tanto, algunos consejos para reducir los efectos adversos del Sol en la montaña y así poder disfrutar de tus excursiones y trekkings con mayor seguridad.
Atención: Los datos de este artículo se exponen solo a título informativo y en ningún caso se pueden considerar como consejo médico. Para ampliar la información, recomendamos consultar siempre con especialistas.
El efecto del sol en la montaña
Lo primero que hay que tener en cuenta es que los rayos solares no nos alcanzan con igual intensidad en la montaña que en otros lugares como, por ejemplo, la playa. La atmósfera de la Tierra actúa como escudo ante gran parte de las radiaciones dañinas procedentes de Sol pero cuando ascendemos en altura tenemos por encima menos kilómetros de atmósfera protectora, por lo que esas radiaciones son potencialmente más peligrosas que al nivel del mar.
La época del año también influye. En verano los rayos del Sol inciden de forma más vertical, debido a la inclinación de la Tierra, por lo que necesitan atravesar menos atmósfera para llegar hasta nosotros, aumentando su capacidad de provocar lesiones.
Tampoco debes confiarte en invierno puesto que la nieve refleja la luz solar e incrementa tu exposición a la misma, ni cuando está nublado ya que los rayos ultravioleta son capaces de atravesar la mayoría de tipos de nubes.

Radiaciones UVA y UVB
Los rayos ultravioleta son los responsables de que la piel se broncee pero en exceso pueden producir daños en el material genético de las células cutáneas. Debemos distinguir entre dos tipos de radiaciones ultravioleta: los rayos UVA y UVB. (También existen los UVC pero son casi totalmente absorbidos por la capa de ozono).
- Los rayos UVA son de ondas largas y penetran en capas profundas de la piel. Broncean, generalmente sin producir quemaduras, pero también son responsables del envejecimiento de la piel y de la aparición de arrugas.
- Los rayos UVB son de ondas cortas y no penetran tanto en la piel. Producen un bronceado rápido pero en exceso pueden provocar quemaduras.
Consejos básicos para protegerte del sol en la montaña
Cuando practiques senderismo, trekking, trail running, marcha nórdica etc. hay que seguir algunas recomendaciones que, combinadas, ayudarán a evitar los problemas ocasionados por la luz solar:
- No exponerte en las horas centrales del día, cuando los rayos inciden de manera más directa.
- Utilizar crema protectora solar para las partes del cuerpo que quedan al descubierto. También por debajo de la ropa si las prendas que llevas no ofrecen suficiente protección.
- Llevar ropa adecuada. Dependiendo del tipo de tejido y otros tratamientos sobre la tela, la ropa bloqueará más o menos los rayos ultravioleta. No te olvides de ponerte una gorra o sombrero para cubrir la cabeza.
- Usar gafas de sol que protejan de las radiaciones UV y que sean apropiadas para la actividad que practiques.
Crema protectora solar
A la hora de escoger una crema solar protectora tienes que fijarte en primer lugar en su Factor de Protección Solar (FPS, o SPF en inglés). Este dato indica el tiempo que se puede exponer a los rayos UVB la piel protegida por la crema antes de quemarse, en comparación con una piel sin crema.
Así si una piel sin proteger se quema de media en unos 10 minutos, con una crema se multiplicaría ese tiempo por su FPS. Si el factor de protección es 50, la piel estaría protegida durante 500 minutos, siempre que la crema se aplique correctamente y se renueve cada dos horas. Naturalmente estos datos pueden variar en función del tipo de piel de cada persona, por lo que es aconsejable consultar con un especialista que te diga cuál es tu factor de protección recomendado. En cualquier caso, cuanto más alto, mejor.
Pero como el FPS indica solo la protección frente a los rayos UVB, también hay que fijarse en que la crema proteja contra la radiación UVA. Esta característica se suele representar con la palabra UVA rodeada por un circulo y con el signo + junto al factor de protección. Cuántos más + haya, mejor será su eficacia frente a los rayos UVA.
A partir de ahí podemos encontrar una gran variedad de cremas fotoprotectoras. Algunas, llamadas de amplio espectro, protegen también contra las radiaciones infrarrojas (IR) y la luz visible, las cuales pueden causar una aceleración en el envejecimiento de la piel. Otras son resistentes al agua y al sudor. Las hay que son hidratantes o que actúan como tratamiento anti-edad, etc.
En cuanto a los ingredientes con que están fabricadas pueden ser de los llamados «filtros físicos» o «filtros químicos». Entre los primeros se encuentra el óxido de zinc y entre los segundos la oxibenzona. Los filtros físicos forman una especie de escudo donde rebotan las radiaciones solares, mientras que los químicos sirven para que la piel absorba esa energía de forma inocua. Se suelen recomendar los fotoprotectores con filtros físicos para las personas con piel sensible y para niños pequeños. Además son más respetuosos con el medio ambiente.
Recordemos que los expertos recomiendan aplicarnos la crema al menos media hora antes de exponernos al sol y renovarla cada dos horas o siempre que nos mojemos.
Una buena crema solar, con factor alto de protección y que no utiliza oxibenzona es la SUN FP50+ de la marca Nivea:
La ropa como protección solar en la montaña
La ropa nos protege de sol pero no toda lo hace de igual manera ya que dependiendo del tipo de tejido puede bloquear los rayos ultravioleta al 100% o un porcentaje mucho menor.

El Factor de Protección Ultravioleta (FPU, o UPF en inglés) mide el grado de penetración de los rayos ultravioleta a través de una tela. Si, por ejemplo, un tejido tiene un FPU 30 significa que bloquea un 30% de los rayos UV.
Cuanto más gruesa y compacta sea la tela mayor será su FPU aunque hay que tener en cuenta que el grado de protección puede disminuir con el tiempo y los lavados, o cuando la prenda está mojada. También el color influye ya que, en contra de la creencia popular, los colores oscuros protegen mejor que los claros.
Los fabricantes de ropa para trekking y montaña a menudo incorporan al tejido micropartículas parecidas a las de las cremas solares. De este modo consiguen que la ropa funcione como filtro de las radiaciones mientras se mantienen otras características esenciales, sobre todo en verano: que sea ligera, transpirable y de secado rápido. Es el caso de algunas camisetas y pantalones de senderismo.
No todas las prendas de ropa informan de su FPU ya que no es obligatorio, así que si encontramos alguna en la que nos dan ese dato, será un punto a su favor.

También es importante llevar alguna gorra, sombrero o visera para cubrirte. Protegen la cabeza del impacto directo de los rayos del sol y ayudan a evitar el sobrecalentamiento que podría dar lugar a una insolación.
Lo ideal es que la gorra o sombrero sean ligeros, cómodos (que no aprieten) y transpirables. Al igual que con el resto de la ropa debes fijarte en el grado de protección FPU, si lo dicen.
Como ejemplo, una buena gorra, de una marca de calidad y con protección FPU 50 es la Tech Shade de Columbia:
Para saber más puedes consultar nuestro artículo sobre Cómo vestir en la Montaña.
Utilizar gafas de sol de montaña
Unas buenas gafas de sol son un accesorio imprescindible para protegerte de los rayos ultravioleta en la montaña. Serán necesarias no solo en los días más soleados del verano, también en invierno por el riesgo que supone la luz reflejada en la nieve, la cual puede llegar a causar ceguera. Las gafas de sol también incrementan tu seguridad ya que evitan los reflejos provocados por la luz e impiden la entrada en el ojo de elementos externos como polvo, ramas o insectos.
Un dato en el que debes fijarte es en la categoría de la lente que indica la capacidad de absorción lumínica y viene determinada por un número entre 0 y 4. Así, si la lente tiene categoría 0 absorberá menos del 20% de la luz que recibe, mientras que las de categoría 4 serán las más oscuras y absorberán aproximadamente el 95% de la luz. Para actividades de media montaña serán necesarias gafas con lentes de por lo menos categoría 3, y si vas a practicar alpinismo en alta montaña, categoría 4.
Hay que señalar que el hecho de que las lentes sean más o menos oscuras no es sinónimo de que protejan más contra los rayos UV, por lo que hay que escoger unas que específicamente hayan recibido tratamiento para filtrar al 100% ese tipo de radiaciones.

Existe, por supuesto, una gran variedad de gafas de sol orientadas a los deportes de montaña. Algunas, por ejemplo tienen extensiones muy prácticas que impiden también la entrada de luz solar por los laterales. Otras tienen patillas ajustables o accesorios intercambiables. Las lentes, por otro lado, pueden estar fabricadas de diversos materiales, desde cristal a poliuretano y ser polarizadas o de tipo fotocromático (que se adaptan a la intensidad de la luz).
Es necesario, por tanto, leer bien las especificaciones y elegir unas gafas de sol ligeras, cómodas y adaptadas a la actividad que vayas a realizar.
Para saber más puedes leer nuestro artículo con recomendaciones de las Mejores Gafas de Montaña.
Julbo es una de las marcas más prestigiosas entre las fabricantes de gafas de sol para montaña. Su modelo de gafas unisex Camino, ofrece una protección total ante las radiaciones y, además, tiene una buena relación calidad precio:
Siguiendo los consejos que hemos comentado podrás disfrutar de tu pasión favorita reduciendo al máximo los riesgos producidos por la exposición al Sol. No obstante, hay que recordar que utilizar siempre el sentido común es la recomendación más importante cuando salgamos a la montaña y la Naturaleza.
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